Michel Bettane, catando Léclapart.
El pasado 20 de junio, coincidiendo con la celebración de Vinexpo, 110 productores de todo el mundo se dieron cita en el Grand Théâtre de Burdeos para dar a conocer sus vinos a la prensa y profesionales del sector. Todos estos productores tienen como denominador común la aplicación de los principios de la biodinámica para la obtención de sus vinos y se reúnen bajo el paraguas de 'La Renaissance des Appellations', asociación que lidera Nicolas Joly.
Fue precisamente el propio Joly quien en dos sesiones (una en francés y otra en inglés), que se desarrollaron en la sala de actos del teatro, explicó las bases que fundamentan la biodinámica, bajo el título de "La biodinámica, la viticultura del futuro". También y en tres sesiones, se pasó en primicia la película 'L'Esprit du vin, le réveil des terroirs'. Esta película ayuda a comprender las prácticas de los viticultores biodinámicos cuyo principio es el de preservar la vida en los suelos, la biodiversidad y el entorno natural. Realizado por Olympe e Yvon Minvielle, viticultores del Château Lagarette y miembros de esta asociación biodinámica, el filme pretende ser una invitación para reconciliarse con la naturaleza y edificar un futuro mejor.
Largas colas en la zona en la que estaban situados los productores de Borgoña. No en vano se podían degustar vinos de Lafarge, De Villaine, Rateau, De Quintaine, Giboulot, Derain, Leflaive, Pierre Morey, Trapet, Leroy (y D'Auvenay), Comte Armand y Montchovet. Desde Alsacia llegaron los vinos de Pierre Frick, Marcel Deiss, Martin Schaetzel, Zind Humbrecht, Marc Tempé, Ostertag, Kreydenweiss, Josmeyer, Valentin Zusslin y Barmes Buecher. De Burdeos estuvieron presentes Château Fonroque, Château Moulin du Cadet, Domaine Ferran, Château Falfas, Château Gombaude Guillot, Château Lagarette, Château La Grave, Château Le Puy, Château La Grolet, Château Peybonhomme y Clos Puy Arnaud.
Caras conocidas, como la del crítico y periodista francés Michel Bettane, catando los champanes Françoise Bedel, Jean-Pierre Fleury, David Léclapart, Franck Pascal y Marie Courtin. La representación del Jura estuvo formada por los Domaines Pignier, André et Mireille Tissot y De la Pinte, mientras que del Loira estuvieron presentes Domaine de la Garelière, Château Tour Grise, Coulée de Serrant, Domaine de l'Écu, Domaine Saint Nicolas, Pierre Breton, Domaine des Sablonnettes, Delesvaux, Landron, Pascal Lambert, Etienne y Sébastien Riffault, y Domaine de Bellivière.
Del Languedoc-Rosellón se pudieron degustar los vinos de Domaine Les Enfants Sauvages, Domaine Léon Barral, Domaine du Traginer, Zelige Caravent, Les Clos Perdus y La Réserve d'O, mientras que de Provenza participaron Château Romanin, Château Sainte Anne, Domaine Sulauze, y Domaine Milan Château de Roquefort. Del Ródano buenas propuestas: Domaine La Fourmente, Domaine du Coulet, Clos du Joncuas, Domaine Pierre André, Domaine de Villeneuve, Montirius, Domaine Viret, Domaine du Joncier, Domaine les Bruyeres y Mas de Libian. También vinos de Saboya (Domaine Prieuré Saint Christophe), del Sudoeste (Domaine du Pech y Domaine de Souch) y de Córcega (Domaine Comte Abbatucci, Domaine Pero Longo y Clos Canarelli).
Las propuestas procedentes de Alemania también eran más que atractivas: Wittmann, Sander, Christmann, Busch, Rehbholz y Batteneld-Spanier. Como en geografía, justo al lado los austríacos Nikolaihof Wachau, Weingut Geyerhof y Meinklang.
La representación española estaba formada por los vinos de Telmo Rodríguez, los de Diego Soto (Mas Estela) y los de Josep Maria Albet i Noya. De Portugal participó Casa de Mouraz, mientras que de Italia lo hicieron Az. Agr. Campinuovi, Az. Agr. San Fereolo, Cascina degli Ulivi, Cascina la Pertica, Fabbrica di San Martino, Fattoria Mondo Antico, Loacker Tenute Montesecondo, Podere Concori, Tenuta di Valgiano, Terre a Mano - Fattoria di Bacchereto, Foradori y Stella di Campalto. También vinos llegados de Eslovenia (Movia), Suiza (Domaine de Beudon), Georgia (Prince Makashvilij Estate), Australia (Castagna Vineyard y Ngeringa Vineyard) y Chile (Viñedos Santa Emiliana).
Esta cita puso una vez más de manifiesto que cada vez más productores buscan diferenciarse a través de la biodinámica y que estos vinos tienen cada vez más adeptos. A pesar de ello todavía hay quienes no creen, no comprenden o no confían en estos principios que nacen con las teorías del filósofo austríaco Rudolf Steiner (1861- 1925), ya que los escépticos aseguran que en todo esto hay una especie de trasfondo esotérico. Lo que si uno puede constatar es que con o sin esoterismo estos productores son capaces de que sus vinos produzcan emoción, lo que ya es mucho entre tanto vino estandarizado que corre por el mercado.
JORDI MELENDO
Fuente: elmundovino.com